PISSALADIERE RECETA FACIL



Me encantan las recetas de verano, esas que descubres en viajes por zonas costeras y te recuerdan a tardes y comidas al aire libre, a atardeceres en el campo y a brisas marinas. Hoy os traigo una receta típica de la Provenza (uno de mis destinos favoritos en las vacaciones) pero en su versión fácil, para que la podamos preparar rápido y sin complicaciones para disfrutar de ella en un día de playa o en una cena con amigos.

INGREDIENTES

1 base de pizza o masa quebrada fina.
1 kilo entre cebollas dulces y moradas.
1 diente de ajo.
Un puñado de aceitunas negras sin hueso.
Un ramillete de tomillo fresco.
2 cucharadas de aceite de oliva.
2 cucharadas de mantequilla.
Sal y pimienta.

  1. Pelamos y picamos las cebollas en aros. Las ponemos en una cazuela o sartén con el aceite y la mantequilla, el diente de ajo picado y las hojas de tomillo. Removemos bien, tapamos y cocinamos unos 20 min. a fuego medio lento, removiendo de vez en cuando. No tenemos que dejar que se doren y en caso de soltar mucha agua, la retiraremos con cuidado.
  2. Pasado el tiempo, salpimentamos y cocinamos otros 20 min. destapado, a fuego lento, para que la cebolla se confite poco a poco. Una  vez que veamos que comienza a adquirir un color dorado, pero sin tostarse, la tendremos lista y la dejaremos enfriar.
  3. Extendemos la base de pizza o masa quebrada y sobre ella repartimos la cebolla de manera que cubra toda la superficie. Añadimos por encima las aceitunas negras troceadas y horneamos unos 20 min. o hasta que la masa comience a dorarse por los lados. Retiramos del horno y lista para tomar.

Esta es una adaptación un poco libre de esta receta (ya sabéis que soy un experto en eso) la receta original lleva anchoas, que se colocan formando como rombos encima, haciendo de este pastel uno mucho más ordenado y geométrico. El problema es que en casa no nos gustan las anchoas, así que no se las suelo poner. Si pensáis que solamente con la cebolla os va a resultar un poco soso (que para nada lo es) podéis añadir un poco de bacon o de queso azul, aunque os recomienzo probar primero la versión sin estos ingredientes.


Este pastel es muy sencillo de hacer, como habéis visto, es muy aromático y sabroso si se consigue cocinar bien la cebolla, que lo único que necesitará es un poco de paciencia y te aseguro que quedará deliciosa, casi para comerla a cucharadas. Como siempre os recomiendo hacer de más, primero porque se reduce mucho su volumen una vez cocinada durante tanto tiempo, y por otro lado, está tan rica con el toque de ajo y tomillo, que sobre una tostada queda de maravilla.


Esta receta es ideal para comidas al aire libre, para llevar a casa de amigos o para un aperitivo o almuerzo informal. Si preparáis una mesa de aperitivos o picoteo, quedará genial cortada en porciones pequeñas. Como os decía, la receta original lleva anchoas, con lo que podéis ponerla en la mitad del pastel, o si os gustan, el el pastel entero. En cambio, si sois como yo que no os gustan, rociad con un poco de sal en escamas a la hora de servir para compensar esa falta de salado con la cebolla confitada.


Una receta muy sencilla y tan deliciosa, que sin duda os recomiendo preparar, ya que es deliciosa. La verdad es que en esto no soy objetivo, ya que dos de mis recetas favoritas tienen la cebolla como ingrediente principal, por un lado la sopa de cebolla y por otro lado esta tarta de cebolla y gruyere una para el invierno y la otra para verano. ¡Que viva la cebolla!


1 comentario:

  1. ummm...tiene pintón!! y el toque del queso azul que comentas puede ser muy interesante tambien!

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