CAVIAR DE BERENJENA (BABA GANOUSH)

Hoy vamos con un entrante de los más aplaudidos y populares de la cocina cocina árabe, el baba ganoush o caviar de berenjena, ideal como entrante o para acompañar otros platos. Se prepara a base de berenjena y contiene un intenso sabor a cominos, es ideal para esta época del año ya que se toma en frío. Acompañado de un buen pan resulta delicioso.

INGREDIENTES

2 Berenjenas.

1 Tomate maduro.

1 Cucharada de cominos.

1 Cucharada de ras hanout.

1 Cucharada de pimienta.

1 Cucharada de sal.

2 Cucharadas de aceite de oliva.

Una pizca de pimentón.

1-      Cortamos en rodajas pequeñas las berenjenas, estas a su vez en tacos pequeños. Salamos y dejamos unos 15 min. en un escurridor para que suelten el agua amarga. Pelamos, despepitamos y troceamos el tomate.

2-      Ponemos una sartén al fuego (sin aceite)  una vez caliente añadimos la berenjena y a fuego medio vamos cocinando hasta que quede bien hecha, removiendo de vez en cuando (se irá cocinando en su propio jugo y líquido que irá soltando) Una vez que esté bien hecha  (habrá perdido más de la mitad de su volumen) añadimos el pimentón, el ras hanout, el tomate y removemos bien. Seguimos cocinando una media hora hasta que quede bien hecho.

3-      Añadimos los cominos, el aceite y removemos bien. Dejamos al fuego unos 3 min. removiendo bien para que todos los sabores se amalgamen. Retiramos del fuego y dejamos enfriar. Una vez frío, lo meteremos en la nevera mínimo una hora. Antes de tomar, mezclaremos bien y serviremos acompañado de pan y de un chorrito de aceite.

La versión más popular tiene una textura similar al humus, en la que la berenjena va asada y en ocasiones se pasa por el procesador de alimentos. Esta versión es la que prepara una mujer marroquí que tiene un restaurante en el centro de mi ciudad y poco a poco le fui sacando la receta, cada vez que iba, le preguntaba y me decía un trozo, así hasta que la completé.

Podéis preparar bastante cantidad, ya que se conserva muy bien en la nevera. Se suele tomar frío, acompañado de un buen pan y un chorro de aceite de oliva, o incluso de limón. En casa nos gusta tanto que casi siempre lo tomamos recién sacado del fuego, en caliente, y no llega a enfriarse, pero os aseguro que una vez reposado y frío, es una delicia.